Hch 5,27-32.40b-41: A los apóstoles los mandaron a ser azotados
Sal 29: Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste
Ap 5,11-14: El cordero inmolado es digno de honor, gloria y alabanza
Jn 21,1-19: Simón, ¿me amas más que estos? Apacienta mis ovejas
La 1ª lectura tiene sabor a martirio: “mandaron a azotar a los apóstoles” por predicar que el crucificado ha resucitado. En la segunda, san Pablo dice que “el cordero inmolado es digno de honor, gloria y alabanza, por los siglos de los siglos”. El Evangelio destaca: la pesca milagrosa, el desayuno con el Señor y la misión que confiere a Pedro, quien es examinado en el amor. Santa Teresa de Calcuta dice: “quien no vive para servir, no sirve para vivir”. Por eso, el honor del servicio al Señor resucitado llevará a Pedro hasta el martirio. La fuerza del Resucitado comienza a actuar en los apóstoles. Es esa fuerza que impulsa a amar siempre, sin pedir nada a cambio. En National Geographic, en una ocasión mostraron una foto de las alas de Dios, ocurrido en el parque Nacional de Yelowstone. La fotografía manifestaba según los guardabosques que “el amor está presente en toda la obra del creador”. Por eso decía también San Juan de la Cruz: “a la tarde de la vida seremos examinados en el amor”. Y es el examen que Pedro atravesó. Por eso, hemos de darnos cuenta de que los cristianos católicos no podemos desentendernos de la ley del amor al prójimo. Sin embargo, no sucede así:
“Oramos por la vida, pero votamos por candidatos que están a favor del aborto; oramos para que la persecución cese en los países comunistas, pero votamos por candidatos comunistas que buscan enriquecerse y empobrecer a la mayoría; oramos pidiendo a Dios por la expansión del Evangelio, pero votamos por candidatos que quieran cerrar iglesias; oramos por la familia, pero votamos por candidatos que proclaman ideologías que destruyen a las familias; oramos por los hijos, pero en las elecciones votamos por pedófilos, narcotraficantes, y las ideologías de género; oramos para que Dios libere a los jóvenes de las drogas, pero votamos por candidatos que están a favor de legalizarlos. De nada sirve orar como cristiano, pero votar como pagano”.
Aquí es donde hemos de tomar una decisión, si estamos con el Resucitado o no. Él nos exige: dar la vida por amor; servir sin límites; y vivir amando a todos, pero también nos exige ser coherentes con nuestra fe como lo fueron los apóstoles.
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